jueves, 19 de marzo de 2015

DUATLON DE CASTRO-URDIALES. CORRER EN CASA

El pasado domingo se celebró el I Duatlón de Castro-Urdiales, mi segunda casa. Cuando por Enero, Edu Fernandez soltó la noticia de que habría un duatlón en Castro, no lo dudé ni un momento, había que estar en aquella linea de salida.
Pero las cosas se torcieron un poco el viernes. El estar despistado, y un movimiento brusco de mi perro, hicieron que mis huesos acabasen repentinamente en el suelo, sobretodo mi cabeza, por lo que la participación en Castro estaba en duda. No obstante, había que intentarlo, y allí que nos fuimos. Nada más llegar localice a mi pupilo Alberto, era su primera carrera, y había que enseñarle un poco los trucos del mundillo. Seguido ya ví a mis compañeros de equipo, y a los compañeros de batallas, y para cuando quise darme cuenta ya me encontraba en los boxes colocando mi bici
Foto de Nuria GD

Ya se lo había dicho a Puy, la climatología era muy mala, mi cabeza aún no había sufrido ningún esfuerzo, e iba a salir los primeros kilómetros a probar, y si veía que no iba bien o me dolía la cabeza, me retiraría. Rápidamente ví que todo marchaba fenomenal, y con mi compañero Pablo fuimos remontando posiciones hasta llegar a la altura de Edu Fernandez. Mire un poco a mi alrededor, y sí, ese era mi grupo. La táctica en el primer 10.000 m era clara, regular, regular y regular, así que me puse en cabeza, y me puse un ritmo cómodo de 165 pulsaciones que aguantaba muy muy bien, y así hasta el final.
De la primera carrera me quedo principalmente con dos cosas, lo sobrado que iba con el tiempo de 38 minutos que había pensado con Edu, y que pudiese seguirme mi compañero Pablo. Para él es muy importante correr conmigo, y siempre busca esa foto con Juanillo, y afortunadamente esa foto en esta ocasión ha sido publicada en el Diario Montañes
Foto del Diario Montañes

La bici sabíamos que iba a ser clave en el devenir de la prueba, por el frío, y por el puerto. Así que me abrigué bien para no pasar posteriormente penurias. No me importo perder tiempo en la transición, pero quería ir abrigado, por eso me puse mi coraza de espartano que tanto calor da
Y una vez superado Pablo, sólo tocaba ir a por Edu, o por lo menos, no perder contacto con su rueda, y así fue. Se notan los kilómetros que he metido en bici, y con un ritmo cómodo lo tenía a la vista todo el rato, hasta que en el puerto (que subimos más o menos suave) llegue a casi contactar con él en el momento del giro arriba. Y aquí está la clave del día, y lo sabíamos, o jugársela en el descenso, o asegurar y evitar una caída. Ya sé que estaba en casa, pero preferí no arriesgar, Pamplona está a sólo dos meses, y es mejor asegurar, así que perdí la rueda de Edu, y me pasaron varios por detrás (yo creo que en la bajada perdí unos dos minutos).Me dediqué a animar a los compañeros que venían subiendo. Después en las rectas de Islares recuperé bastante, pero nunca para poder cazarles.
Así que ya una vez en boxes, a bajarse de la bici, y a disfrutar lo máximo posible.
El primer kilómetro fue un poco infierno, porque veníamos con los calcetines mojados, y no sentíamos los pies, pero una vez en el rompeolas, todo fue mejor. Veo que Arantza está con Puy, y posteriormente veo a Carlos en el rompeolas (gracias chicos, un grito de animo vale mucho). La recta hacia la playa, y sobretodo la vuelta viendo que estaba en tierra de nadie, me dedique a disfrutar como un niño, a pensar que llevo entrenando más de 20 años por esa zona, y que probablemente esta sea una de las últimas pruebas, por no decir la última que corra allí (problemas con organizaciones diversas).
Llego a meta, 2h16', puesto 54º. Muy muy bien. Felicito a Edu por el trabajo organizativo.
Sensación de que corriendo estoy como una moto, y que en bici voy mejorando con los kilómetros, que aún me falta un poquito, pero que voy bien, en realidad saqué la media que quiero sacar en Pamplona, pero aquí perdí mucho tiempo en el puerto, así que el trabajo funciona.
Pero lo mejor estaba por llegar, porque lo mejor no es competir en casa, saber que lo has hecho bien y sentirse orgulloso, no. Ya hemos llegado al punto que lo mejor es el post-carrera, el sentarse en una mesa a comer con tus compañeros y rivales, tomarte una buena hamburguesa, y un par de jarras de cerveza, comentar como ha ido el día y soñar con nuevos proyectos
Lo mejor de todo es mantener esas reuniones. El poder acabar el día, y a pesar del frío y la lluvía, irte a la cama pensando: "Joer, que bien me lo he pasado"