Sabía que los entrenamientos habían sido buenos, pero esos entrenamientos habían sido orientados a larga distancia, por lo que los ritmos eran un poco inferiores.
Llegue a Polanco con tiempo, y allí me junte de charleta con mi amigo Poo, y calentando con los Ramos brothers. Con dudas de la vestimenta a llevar, pero muy motivado.
Se dió la salida, y a mil por hora como siempre, pero yo cogí un ritmo muy cómodo de 160 pulsaciones, intentando ver por el retrovisor a ver si venía Pablo. Llegué a la primera cuesta, y cual fue mi sorpresa cuando me ví bastante más delante de lo esperado, sobre el puesto 30º o así, y no había ni rastro, ni de Edu, ni de Pablo, ni de David, que son mis referencias en carrera, así que no quedaba otra que intentar seguir en ese grupo. Tomé como referencia a mis compañeros Diego y Capellan que iban un puntito por delante mio, y para delante.
Llego a la transición, muy buena transición, y a volar con la bici
Foto de Bertafotografos.com
Pasamos Oruña, un Colindres se pasa de frenada y alcanzamos otro grupo delantero donde va mi compañero de equipo Capellan, que se está jugando el primer junior. Cambio de táctica, que me coja de referencia a ritmo fuerte para ver si dejamos al otro junior, pero me voy. Este año subo mucho.
Llego a la transición, veo a Chuspi y Bis animando, 34 kms/h de media, con este recorrido, increible, muy muy bien. Espero a Capellan, para ver si pilla al junior que se le ha escapado en la subida, pero Capellan corre mucho más que yo, y en seguida le da caza. Yo pillo un grupo de 4 e intento que no nos pase nadie y a ver que se puede hacer en la última cuesta final. Llegamos a la cuesta y planeo un cambio de ritmo, a ver si sale, y si no sale, no pasa nada. Lo hago, 170 pulsaciones, me voy, sí, estoy muy fuerte, los entrenos han valido para algo. Señora enseñeme la caja
¿Que con que me quedo como conclusión?. Con lo bien que estoy y con lo bien que me lo paso en los pre y post carrera con mis antiguos y actuales compañeros.
Los entrenos están saliendo bien, y cada vez veo más cerca que aquello que soñé de bajar de 5h en Pamplona sea posible si no la lio en la natación. Ya estoy sacando el billete de avión que me lleva hacia a las estrellas de Pamplona