Hace 4 años cuando decidí dejar de competir, le prometí a mi buen amigo Carlos Cobo que si alguna vez volvía a competir, sería en su equipo del Camargo-Astillero, pero a cambio el debería de pagar mi clausula de rescisión. Esta clausula de rescisión consistía en un paquete de Sobaos El Macho (los gigantes). Como os suponeis, no era una clausula de rescisión real, sino una forma de aceptar ese compromiso de palabra.
Pues bien, debido a varios motivos, pero sobre todo dos, que son que ahora mismo no trabajo por las mañanas, y sobre todo porque me apetece, ha llegado la hora de volver a competir, y por ello, mi amigo Carlos vino el pasado mes a mi casa con la clausula de rescisión debajo del brazo.
La idea de competición es totalmente diferente a lo que se puede esperar. Trataré de intentar dar lo máximo de mi mismo en las pruebas cántabras de duatlón, sabiendo que la organización de dichas pruebas no es la misma que en Euskadi, y por lo tanto saber que disfrutaré de este nuevo reto pero con un menor nivel competitivo. Podría tal vez hacer algún triatlón al final de temporada pero no lo sé aún.
Por otra parte, la idea me parece muy buena, puesto que en el 2014 nos vamos a unir en Camargo-Astillero varios de los amigos que competiamos unos contra otros en mi anterior época competitiva y que al final han acabado de convertirse en mis amigos, Cobo, Ibarguren, Alex,...
Ya hay un reto previsto para Junio (el mes de los retos), pero todo se andará.
De momento, este post vale para comunicaros la buena nueva, y que no os sorprendaís al verme en las clasificaciones cántabras de principio de temporada.
Volvemos al camino. A disfrutar del camino
No hay comentarios:
Publicar un comentario