Esta tarde nos hemos enterado del fallecimiento de un atleta cántabro de Arredondo en el Cross de Llodio. Antes que nada, mis más sentidas condolencias a sus familiares y amigos.
Muchas veces nos preguntamos si eso es evitable o si no. Desde el punto de vista de un simple corredor, que no entiende nada de medicina, yo pienso que no. Hay mucha gente que nos dice que un buen reconocimiento a principio de temporada evita muchos de estos sustos. Si os digo la verdad, yo pienso que no.
Yo pienso, que en competición muchos de nosotros, entre los que me incluyo, llegamos al límite de nuestras posibilidades. Y con ir al límite no me refiero a superar mis pulsaciones máximas, sino llegar al máximo posible de esfuerzo y sufrimiento, cosa que en cualquier reconocimiento médico sé que no vamos a llegar.
Por ejemplo, en la última Santurce a Bilbao, el tramo entre Uribitarte y meta fue para mí un continuo sprint de más de 500 m, en donde la media de mi pulso fue cercana a las 180 pulsaciones, y yo sé que eso no lo voy a lograr en ninguna prueba de esfuerzo.
También habrá los detractores que te dirán: ¿Y por que llegas a esos límites, si te estás jugando la vida?. Pues porque en esos momentos eso no se piensa, igual que cuando bajas un puerto a 80 kms/h, eso no se piensa, vas en carrera, y se va tu grupo, o tu objetivo.
Por eso, pienso que es impredecible, que a cada uno le toca su hora cuando le toca, y hoy desafortunadamente le ha tocado a uno de nuestros compañeros.
De mientras debemos aprovechar los momentos que nos da esta vida. Al fin y al cabo, si algún día fallecemos haciendo deporte, moriremos haciendo lo que nos gusta, nunca olvideís eso. Hasta que llegue nuestra hora, vamos a seguir disfrutando de esta locura del deporte,
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