La verdad es que tenía muy claro que si volvía a competir, tenía que dar un giro total a mi forma de ver el duatlón y triatlón, hacerlo por hobby, compitiendo y dándolo todo, pero sobre todo divirtiéndome y queriendo entrenar y competir. Por eso cuando mi amigo Carlos Cobo me contó que la mayoría de mis amigos cántabros iban a competir en Camargo-Astillero, lo tuve muy claro, compartir colores con Pablo Ibarguren, Jandro, Alex (aunque esté en Alemania), y Pablo Martín Sarobe, sería todo un honor
Pero lo que me he encontrado este año, es mucho más que eso. Me han tratado de igual a igual desde el primer día, todos y cada uno de los miembros del equipo, y eso que no me conocían de nada, tenemos los mismos objetivos, vamos juntos a campeonatos, y nadie es más que nadie, ni por clasificación ni por nada más. El grupo humano es increible, pocas veces he visto tanta unión en un grupo, y hasta lo pasamos mal cuando en carrera nos intentamos ayudar y vemos que uno u otro no pueden. En definitiva compañerismo.
No importa quedar el 30 o el 50, si nos lo hemos pasado bien en carrera
Por no decir los cables que nos echamos en carrera, intentando siempre y por encima de todos ser fuertes, al fin y al cabo, eso es lo que definía a los espartanos (que es como nos llaman), solos no eran nadie, pero juntos eran invencibles
Gestos, frases, hechos, que parecen bobadas, pero que hacen que el grupo sea más compacto, el aju, la panceta, el tener el apellido en el mono, el ser espartano... cosas que hacen que sea divertido meterse esas kilometradas todos los fines de semana
Y esto es sólo el principio, hoy más que nunca, quiero que siga la fiesta, señora, enseñeme la caja de puros, que hemos venido a jugar
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