Aunque en un principio parezca que el resultado es un fracaso, ni mucho menos. Yo ya sabía de la dificultad de la empresa de conseguir bajar de 1h20' en Media Maratón, y el domingo en Laredo no pudo ser.
Pero a pesar del resultado estoy muy contento. Lo comentaba con mis compañeros Poo y Nanduco antés de empezar la carrera: "Voy a salir a darlo todo, si reviento, no pasa nada", y efectivamente, eso es lo que hice, salir a darlo todo desde el pistoletazo de salida, y lo dí todo hasta el final, con un último kilómetro casí a 3:38, y los últimos 4 kms por encima de 170 pulsaciones. No me guarde nada.
Cuando cruce la linea de meta, tuve una sensación totalmente diferente a la de Pamplona hace 5 años, en aquel momento pensé: "Mierda, se me ha ido", y el domingo pensé: "Bien, Juan, bien, lo has dado todo, más no se puede hacer".
Con esta plusmarca personal en media maratón (que será difícil batir), hay que volver a cambiar el chip, quedan 18 días para Pamplona, para la Maratón. Ritmos más suaves, pero más largos. Sensaciones buenas no, lo siguiente. La fuerza con la que acabé la media maratón de Laredo me invitan al optimismo, estoy en la misma situación que estaba en 2009 antes de afrontar el maratón de Bilbao, incluso puede que hasta un puntito mejor.
La idea en Pamplona no es hacer marca, va a ser una maratón muy dura, sobre todo hasta el Km 30, la idea es disfrutar yo, y los que lo van a estar viendo. La idea es ser el protagonista y dar juego, mucho juego.
En estos 15 días, el trabajo ya está casí hecho, solo me queda una tirada de más de 2 horas y listo, lo importante es no cagarla, estar concentrado, trabajar con mimo los pequeños detalles y empezar a sentir ese cosquilleo de las grandes ocasiones.
La mente ya está en Pamplona y en ese callejón del final de Estafeta
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